martes, febrero 15, 2011

"LA ULTIMA NIEBLA" MARIA LUISA BOMBAL ESCRITORA CHILENA -CRÓNICA DE ALEJO URDANETA ESCRITOR VENEZOLANO

Verdaderamente es un orgullo para nosotros los chilenos, que escritores de otras nacionalidades, hagan prolijos estudios de nuestros literatos. En este caso enfoquen la narrativa de María Luisa Bombal, nacida en Chile, oriunda de Viña del Mar, nuestra ciudad jardín el año 1910, que tuvo el privilegio de tener una refinada educación y mostrar todo su talento. Murió en Santiago en 1980.
 Se graduó en Filosofía y Letras en La Sorbonne, así logró conocer el surrealismo en todo su auge en Francia.
También  estudió  violín y arte dramático.
Fue una artista muy completa e introdujo el surrealismo en la literatura chilena, mostrando, con narrativa mundos distintos, desconocidos, tocándo con maestría y conocimiento la naturaleza femenina, y ejerciendo modos narrativos consecuentes: imaginativos, simbólicos, sugerentes, patéticos.
 Obras principales:
 La última niebla

Las islas nuevas
La Amortajada
 La Municipalidad de Santiago de Chile, le otorgó premios a la novelista por sus obras y también fue destacada por  la Academia Chilena de la Lengua; sus obras han sido traducidas al inglés, francés, alemán, sueco, portugués, japonés y checo.




LA ULTIMA NIEBLA /1935






DE MARIA LUISA POMBAL






(Chile, Viña del Mar)

(ALEJO URDANETA)



Junto con “La amortajada”, esta novela: “La última niebla” representa lo más calificado de la obra literaria de la escritora chilena María Luisa Bombal.


“La ultima niebla” nos relata la vida de una mujer que se casa con su primo, Daniel, quien ya se había casado antes. Viven en el campo y reciben una visita del primo de su esposo, Jaime, su mujer, Reina, y un amigo que resultó ser el amante de Reina.
En esa situación nuestra protagonista se da cuenta que tal vez con otro hombre pueda liberarse, ya que vivía oprimida al modelo de la anterior mujer de su marido.
El episodio clave de la novela se presenta al lector envuelto en niebla, lo que anuncia el estado emocional de la mujer.
Este es el hecho que desencadena la narración:

Una noche en un viaje a la ciudad ella decide caminar. Recorre muchas calles y avenidas hasta que se encuentra con un hombre que la lleva a su casa, desatándose una pasión instantánea. Luego de este hecho ella vive ensoñada en que su hombre volverá e incluso lo ve una o dos veces más, pero según sus declaraciones está siempre a su lado.
Finalmente siguiendo el ejemplo de Reina decide tratar de suicidarse, sin resultados, aunque sirvió para que abriera los ojos respecto de su modelo de vida actual, prefiriendo la muerte a la opresión.
“El suicidio de una mujer casi vieja, que cosa repugnante e inútil. ¿Mi vida no es acaso ya el comienzo de la muerte? Morir para rehuir ¿qué nuevas decepciones? ¿Que nuevos dolores?”Son reflexiones de la protagonista ante el tedio. La sumisión se ve reafirmada al final del libro, luego que Daniel la rescata del suicidio.
El ensayista Ignacio Valente decía, respecto a La última niebla:
“La revelación de fondo que nos abre este denso relato se refiere a la esencia de la femineidad (sic), patentizada con una pureza y condensación que no se consiguen con los tratados más clásicos sobre el alma de la mujer. El misterio femenino, su fisiognómica -expresión corporal del enigma de la mujer en sus formas y gestos-, sus ánimos tornadizos, su confusión íntima, su emotividad como centro de gravitación de todo su ser, la inmanencia femenina en suma, se nos revelan espléndidamente en la historia de este sueño enamorado, de esta corriente oscura de ensoñación que atraviesa el alma de ciertas mujeres y es más real que todas las realidades tangibles y razonables -viriles- que las circundan. Frente a tanta literatura femenina que huele a reconstitución, que primero interpreta la experiencia con categorías abstractas tomadas del varón y luego retorna a disfrazarse de femenina, y que tratando de iluminar los secretos de la sexualidad y del amor no hace sino revestir narrativamente un conceptuoso y árido y mórbido material de psicología y de clínica, la intuición directa, poética y femenina de María Luisa Bombal se eleva hasta una cima no igualada entre nosotros, y aún significativa en el ámbito de la novela contemporánea toda.” (Valente, 1969).
La última niebla, publicada por primera vez en 1934, plantea un discurso en que una mujer revela continuamente la disyunción entre su mundo y el de su esposo. Ella es una extranjera no sólo para aquel espacio y sus habitantes, sino que fundamentalmente para su marido, el cual le dirigía una "mirada hostil con la que de costumbre acoge a todo extranjero.”
La mujer que construye María Luisa Bombal asume un modelo de representación impuesto por lo masculino, pero a su vez también asume la crisis para volcarse en el intimismo, lo personal, la subjetividad microscópica y fragmentaria. Asimismo, tuerce la pasividad respecto a su rol femenino y la noción de sexualidad, el amor y la familia.
“La última niebla” desplazó la perspectiva masculina de las letras hispanoamericanas hacia la visión liberadora que la protagonista representa.
Es el año 1935 y es Chile. La escena entre ella y el amante fugaz es nueva para el momento en que se escribía acerca del amor en América:
“Entonces él se inclina sobre mí y rodamos enlazados al hueco del lecho. Su cuerpo me cubre como una ola hirviente, me acaricia, me quema, me penetra, me envuelve, me arrastra desfallecida. A mi garganta sube algo así como un sollozo, y no sé por qué empiezo a quejarme, y no sé por qué me es dulce quejarme, y dulce a mi cuerpo el cansancio infligido por la preciosa carga que pesa entre mis muslos.”
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