martes, abril 27, 2010

"CINCO DIAS CON DAVID FOSTER WALLACE"



Bendito sea Internet y las comunicaciones del Siglo 21, que nos dan la posibilidad  de rescatarnos del tedio , las preocupaciones , llevarnos por el camino del asombro y vislumbrar otros mundo,otras voces :en una palabra enriquecernos.
Soy una agradecida de los buenos amigos, que suelen enviarme material rico para el disfrute, para paladear y degustar un buen tema, un buen escritor, un buen ser humano...la vida desde otros ángulos.
Hoy tuve el agrado de recibir un mail de Gaston Gonzalez, "llolleíno"dedicado a  la lectura de buenos autores  , al placer de hacer  excelentes traducciones y compartirlas...y  quién  me "presentó" a David Foster Wallace, en un texto en español , que el mismo hizo  tiempo atrás y que generó en mi la curiosidad de conocerlo más,admirar su genialidad ....y luego , lamentar su temprana partida.


El mail de Gastón, trajo a David Foster Wallace , desde "EL MOSTRADOR", con un artículo del escritor  Edmundo Paz Soldán  "Cinco días con David Foster Wallace", que  con placer lo comparto con ustedes.

27 de Abril de 2010
Cinco días con David Foster Wallace
Edmundo Paz Soldán
Escritor

"En marzo de 1996, la revista Rolling Stone envió al periodista David Lipsky a acompañar a David Foster Wallace en la última parte de su gira de promoción de la meganovela La broma infinita. Gracias a esa novela, Foster Wallace se había convertido en el escritor norteamericano más importante de su generación, y su fama trascendió los círculos literarios. Con su look atlético y la bandana de pirata, el editor de Rolling Stone sintió al escritor como “uno de los nuestros” y decidió asignar el perfil/entrevista a Lipsky. Así fue cómo Lipsky pasó cinco días con Foster Wallace, durmió en su casa, conoció a sus perros Drone y Jeeves, comió con él en restaurantes de carretera y tuvo conversaciones profundas sobre el sentido de la vida en terminales de aeropuertos. Al final, la entrevista no se publicó, pero por suerte Lipsky grabó todo. Although Of Course You End Up Becoming Yourself: A Road Trip with David Foster Wallace es la transcripción de esos cinco días: repeticiones y todo, trescientas páginas magníficas que son lo más cercano que tenemos a una autobiografía de este escritor.
Lipsky es casi de la misma edad que Foster Wallace, pero está genuinamente impresionado por él y lo admira: “escribía con una mirada y una voz que parecía ser una forma condensada de la vida de todos”. Todos los escritores que conoce quisieran estar en su lugar (notas en Time, reseñas en Esquire, etc). Las primera horas en su casa en Bloomington, Indiana, descubre algunos datos curiosos: Foster Wallace está suscrito a la revista Cosmopolitan (leer sus artículos, dice, “calma su sistema nervioso”), y tiene en su habitación un póster de Alanis Morrisette (está obsesionado con ella) y una toalla con la imagen del insoportable dinosaurio Barney.
Foster Wallace se muestra cuidadoso al comienzo de la conversación, tiene miedo a ser devorado por la fama y quiere controlar su imagen y la entrevista. Sin embargo, no tarda en establecer una relación de camaradería con Lipsky y se va soltando. En el apogeo de su carrera, se muestra lúcido, divertido, autocrítico, constantemente autorreflexivo: leerlo es escuchar a sus personajes, ver una mente muy consciente de estar consciente, entender que no eran gratuitas las notas al pie de página que marcaban su estilo.
Foster Wallace habla de todo. Le fascinan las películas de acción con muchas explosiones, no soporta a Updike, piensa que Stephen King debería ser más valorado, entiende de política (”Reagan permitió la fantasía de que los últimos cuarenta años no habían ocurrido”) y de cine (David Lynch es lo máximo, ha llorado con Braveheart, Spielberg sabe cómo hacer que una película se te meta bajo la piel pero es un ejemplo vívido de cómo “Hollywood mata lo que adora”). Cree que nada se compara a la literatura, un arte que nos hace trabajar, que no nos da las cosas digeridas como la televisión, pero a la vez reconoce que hay mucha “belleza y profundidad” en la cultura popular más basura.
Dos temas que aparecen una y otra vez en sus conversaciones son los de la soledad y la adicción. Foster Wallace ha luchado varias veces contra la depresión, y ha concluido que el principal objetivo de los libros es lograr que nos sintamos menos solos. El gran tema de La broma infinita es la adicción de los Estados Unidos al entretenimiento fácil -el cine, la televisión– y la forma en que esta adicción puede llevar a la cultura a la muerte: todo está bien en dosis pequeñas, pero “nosotros no paramos con las dosis pequeñas”. A la vez, Foster Wallace no tiene miedo de escribir en un tiempo tan superficial como este: lo que ha hecho la televisión, dice, “es darnos el regalo precioso de hacernos más difícil el trabajo”.
Después de esos cinco días, Lipsky no volvió a ver a Foster Wallace. Pero la charla le cambió la vida, y hubo frases que se quedaron con él para siempre (”Dame veinticuatro horas solo, y puedo ser muy, muy inteligente”). Este libro conmovedor hará lo mismo con muchos lectores."

viernes, abril 23, 2010

ANTHONY DE MELLO BOGRAFIA DE UN HOMBRE DE EXCEPCION


Anthony de Mello



De Wikipedia, la enciclopedia libre
Anthony de Mello, S.J. (1931—1987) Sacerdote jesuita famoso por sus libros y conferencias de espiritualidad, donde mezclaba la doctrina judeo-cristiana con el budismo.
De Mello nació en Bombay (India) en 1931. Sintiendo el llamado para el sacerdocio, inició sus estudios en la Compañía de Jesús, en Poona. Transcurrida esta trascendental etapa de su vida, se graduó en psicología, carrera que siguió en Estados Unidos, según la sugerencia y consejo del Padre Mann, provincial de la Orden.
Comenzó dirigiendo ejercicios espirituales para jóvenes novicios; que fueron el punto de partida para su carrera pública como director de almas, labor que continuaría durante toda su vida. Se basó en la metodología, los principios y la fuerza de los Ejercicios de Ignacio de Loyola, que había aprendido en España. Pero había agregado los ingredientes propios de su personalidad tan especial; y fueron numerosos sus retiros para la renovación del espíritu.
Participó en el Movimiento de Renovación Carismática, con gran intensidad. Ambas experiencias fueron la base de lo que vendría después.
Murió en la Universidad de Fordham, de un fulminante ataque cardiaco, la misma noche de su primer día en Nueva York, el 1 de junio de 1987 y tres meses antes de cumplir los cincuenta y seis años.
Sus restos descansan en el Cementerio de la Iglesia de San Pedro, en la ciudad de Bandra (India), donde había sido bautizado.
Posteriormente a su muerte, en 1998, la Congregación para la Doctrina de la Fe (dirigida por el entonces cardenal Ratzinger) investigó sus escritos y calificó algunos de ellos como «incompatibles» con la fe católica.
Algunas ediciones de sus libros llevan una hoja de precaución que indica: 'Los libros escritos por el padre Anthony de Mello fueron escritos en un contexto multireligioso para ayudar a los seguidores de otras religiones, agnósticos y ateos en su búsqueda espiritual, y el autor no pretendió que fueran un manual de instrucciones sobre la fe católica en la doctrina y dogmas cristianos.'
Obras Contact with God (Contacto con Dios)


The Song of the Bird (El canto del pájaro)


Wellsprings (El manantial)


One Minute Wisdom (¿Quién puede hacer que amanezca?)


One Minute Nonsense (Un minuto para el absurdo)


The Prayer of the Frog (La oración de la rana)


Sadhana: A Way to God (Sádhana, un camino de oración)


The Way to Love (Una llamada al amor)


Rediscovering Life (Redescubrir La Vida o Medicina del Alma)


Caminar sobre las aguas


Autoliberación interior- lumen bolsillo


Coversando con Juan Sánchez de la vida"


Notas [editar]↑ T.K. Thomas (April de 1999). «The Prayer of the Frog Called into Question at Findarticles.com». The Ecumenical Review. Consultado el 24-11-2006.


Enlaces externos [editar]Página oficial de Tony de Mello


Tony de Mello en Biblioteca Upasika


Congregación para la Doctrina de la Fe. Notificación sobre los escritos del padre Tony de Mello


Padre Anthony de Mello, Gnosticismo, autoconocimiento, modernismo... ¿“menudencias”?


Obtenido de http://es.wikipedia.org/wiki/Anthony_de_Mello











UNA LLAMADA AL AMOR - ANTHONY DE MELLO


En esto días, que el mundo se congestiona por los cataclismo telúricos y espirituales.... cuando la herida madre natura nos recuerda su dolor y desplome , por sus propios huéspedes pensantes y la propia existencia siente una gran  desazón , cuando observo tantos disvalores y  se siente tanta decepción, por el entorno humano, abro mi cajita secreta de tesoros y busco a los maestros del pasado tan presentes en esta búsqueda, no de la perfección, porque nadie lo es, sino de un mundo más amable, más cálido, solidario..y sobretodo honesto, más cercano a lo espiritual.
Por ello comparto con Uds. a este excepcional  Anthony de Mello, que a mi en lo personal, me lo "presentó" un amigo poeta, educador, que ya no habita en este mundo...y "me lo recomendó", por su sapiencia fruto de varias  corrientes filosóficas, que convergían en la espiritualidad y felicidad del hombre creado por Dios, Buda, el gran arquitecto de la vida.

Meditación 4
Desprogramarse y desaprender
«...y el joven se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes» (Mc 10,22)
¿Has pensado alguna vez que has sido «programado» para ser infeliz y que, por lo tanto, hagas lo que hagas para obtener la felicidad, estás abocado al fracaso? Es como si introdujeras una serie de ecuaciones matemáticas en un ordenador, y éste fallara cada vez que pulsas el teclado para obtener un pasaje de Shakespeare.
Si quieres ser feliz, no necesitas hacer ningún tipo de esfuerzo; ni siquiera necesitas buena voluntad o buenos deseos, sino comprender con claridad de qué manera has sido «programado» exactamente. Lo que ha ocurrido es lo siguiente: primero, tu sociedad y tu cultura te han enseñado a creer que no puedes ser feliz sin determinadas personas y determinadas cosas. Echa un vistazo a tu alrededor, y por todas partes verás a personas que en realidad han construido sus vidas sobre la creencia de que sin determinadas cosas —dinero, poder, éxito, aceptación, fama, amor, amistad, espiritualidad, Dios...— no pueden ser felices. ¿Cuál es la combinación exacta en tu caso?
Una vez que te has «tragado» tu creencia, has desarrollado instintivamente un especial apego a esa persona o cosa, sin la que estabas convencido de no poder ser feliz. Luego vinieron los consabidos esfuerzos por adquirirla, aferrarte a ella una vez conseguida y eliminar toda posibilidad de perderla. Todo ello te llevó, finalmente, a una servil dependencia emocional de ella, hasta el punto de concederle el poder de hacerte estremecer al conseguirla, de angustiarte ante la posibilidad de verte privado de ella y de entristecerte en el caso de perderla efectivamente. Detente ahora por unos momentos y contempla horrorizado la lista interminable de ataduras que te tienen preso. Piensa en cosas y personas concretas, no en abstracciones... Una vez que tu apego a ellas se hubo apoderado de ti, comenzaste a esforzarte al máximo, en cada instante de tu vida consciente, por reordenar el mundo que te rodeaba, en orden a conseguir y conservar los objetos de tu adhesión. Es ésta una agotadora tarea que apenas te deja energías para dedicarte a vivir y disfrutar plenamente de la vida. Pero, además, es una tarea imposible en un mundo que no deja de cambiar y que tú, sencillamente, no eres capaz de controlar. Por eso, en lugar de una vida de plenitud y serenidad, estás condenado a vivir una vida de frustración, ansiedad, preocupación, inseguridad, incertidumbre y tensión. Durante unos pocos y efímeros momentos, el mundo, efectivamente, cede a tus esfuerzos y se acomoda a tus deseos, y gozas entonces de una pasajera felicidad. Mejor dicho: experimentas un instante de placer, que en modo alguno constituye la felicidad, porque viene acompañado de un difuso temor a que, en cualquier momento, ese mundo de cosas y personas que con tanto esfuerzo has conseguido construir escape a tu control y te llene de frustración, que es algo que, tarde o temprano, acaba siempre por suceder.
Hay algo aquí que conviene meditar: siempre que te encuentras inquieto o temeroso, es porque puedes perder o no conseguir el objeto de tu deseo, ¿No es verdad? Y siempre que sientes celos, ¿No es porque alguien puede llevarse aquello a lo que tú estás apegado? ¿Acaso tu irritación no se debe a que alguien se interpone entre ti y lo que deseas? Observa la paranoia que te entra cuando ves amenazado el objeto de tu adhesión o de tu afecto: no eres capaz de pensar con objetividad, y toda tu visión se deforma, ¿No es así? Y cuando te encuentras fastidiado, ¿No es porque no has conseguido en suficiente medida lo que tú crees que puede hacerte feliz o aquello por lo que sientes apego? Y cuando estás deprimido y triste, ¿Acaso no ve todo el mundo que es porque la vida no te da aquello sin lo que estás convencido de que no puedes ser feliz? Casi todas las emociones negativas que experimentas son fruto directo de un apego de este tipo.
Así pues, estás agobiado por la carga de tus ataduras... y luchando desesperadamente por alcanzar la felicidad precisamente aferrándote a dicha carga. La sola idea es verdaderamente absurda. Pero lo trágico es que ése es el único método que nos han enseñado para lograr la felicidad (un método seguro, por otra parte, para producir desasosiego, frustración y tristeza). A casi nadie le han enseñado que, para ser auténticamente feliz, una sola cosa es necesaria: desprogramarse, liberarse de esas ataduras.
Cuando uno descubre esta palmaria verdad, le aterra pensar el dolor que puede suponerle el liberarse de sus ataduras. Pero lo cierto es que no se trata de un proceso doloroso, ni mucho menos. Al contrario: liberarse de las ataduras constituye una tarea absolutamente gratificante, con tal de que el instrumento empleado para ello no sea la fuerza de voluntad ni la renuncia, sino la visión. Todo cuanto tienes que hacer es abrir los ojos y ver que, de hecho, no necesitas en absoluto eso a lo que estás tan apegado; que has sido programado y condicionado para creer que no puedes ser feliz o que no puedes vivir sin esa persona o cosa determinada. Seguramente recuerdas la angustia que experimentaste cuando perdiste a alguien o algo que era para ti de incalculable valor; probablemente estabas seguro de que nunca más volverías a ser feliz. Pero ¿Qué sucedió después? Pasó el tiempo, y aprendiste a arreglártelas perfectamente, ¿No es así? Aquello debería haberte hecho ver la falsedad de tu creencia, la mala pasada que estaba jugándote tu mente «programada».
Un apego no es un hecho. Es una creencia, una fantasía de tu mente, adquirida mediante una «programación». Si esa fantasía no existiera en tu mente, no estarías apegado. Amarías las cosas y a las personas y disfrutarías de ellas; pero, al no existir la creencia, disfrutarías de ellas sin atadura de ningún tipo. ¿Existe, de hecho, otra forma de disfrutar realmente de algo? Pasa revista a todos tus apegos y ataduras, y dile a cada persona u objeto que te venga a la mente: «En realidad no estoy apegado a ti en absoluto. Tan sólo estoy engañándome a mí mismo creyendo que sin ti no puedo ser feliz». Limítate a hacer esto con toda honradez, y verás el cambio que se produce en ti: «En realidad no estoy apegado a ti en absoluto. Tan sólo estoy engañándome a mí mismo creyendo que sin ti no puedo ser feliz».



miércoles, abril 21, 2010

"EL CANTO DEL PAJARO" CUENTOS DE ANTHONY DE MELLO

¡PUEDO CORTAR MADERA!






Cuando el Maestro de Zen alcanzó la iluminación, escribió lo siguiente para celebrarlo:


«¡Oh, prodigio maravilloso: Puedo cortar madera y sacar agua del pozo!».






Para la mayoría de la gente no tienen nada de prodigioso activi¬dades tan prosaicas como sacar agua de un pozo o cortar madera. Un vez alcanzada la iluminación, en realidad no cambia nada. Todo sigue siendo igual. Lo que ocurre es que entonces el corazón se llena de asombro. El árbol sigue siendo un árbol; la gente no es distinta de como era antes; y lo mismo sucede con uno mismo. La vida no prosigue de manera diferente. Puede uno ser tan variable o tan ecuánime, tan prudente o tan alocado como antes. Pero sí existe una diferencia importante: ahora puede uno ver todas las cosas de diferente modo. Está uno como más distanciado de todo ello. Y el corazón se llena de asombro.


Esta es la esencia de la contemplación: la capacidad de asombro. La contemplación se diferencia del éxtasis en que éste lleva a uno a «retirarse». Pero el contemplativo iluminado sigue cortando madera y sacando agua del pozo. La contemplación se diferencia de la percepción de la belleza en que ésta (un cuadro o una puesta de sol) produce un placer estético, mientras que la contemplación produce asombro, prescindiendo de que lo que se contemple sea una puesta de sol o una simple piedra.


Y ésta es prerrogativa del niño, que con tanta frecuencia se asombra. Por eso se encuentra tan a sus anchas en el Reino de los Cielos.

lunes, abril 05, 2010

DESDE COLOMBIA CON AMOR : EL POETA HÉCTOR JOSÉ CORREDOR Y SU CARICIA POÉTICA PARA NOSOTROS LOS CHILENOS

                                                                               
                                                   (Copihues  nuestra flor nacional,blancos por el duelo que llevamos en el alma por los que desaparecieron y los que perdieron todo)


TERREMOTO EN CHILE







"VIAJE EN LA OSCURIDAD







Por Héctor José Corredor Cuervo.







Entre las sombras de una noche oscura



cientos de almas se fueron para el cielo



dejando en los escombros la amargura



a los seres que lloran sin consuelo.







Tras sus huellas dejaron una herida



de poca curación por los humanos



que vieron que la brisa de la vida



se esfuma entre los dedos de las manos.







Fue la parca con garras de traidora



la que llegó en sin anunciar su vuelo



para enseñar sin lumbre de la aurora



que la vida es un sueño y un anhelo.







Ya el gran dolor camina en el silencio



arropado con manto de tristeza



por sentir el acíbar del asensio



cuando rugió la tierra con fiereza







En los escombros de hierros retorcidos



dejaron para siempre su enseñanza



de que en Chile no existen los vencidos



mientras brillen las luces de esperanza