viernes, septiembre 29, 2006

JORGE TEILLIER


En estos dìas he recibido una invitaciòn de la SECH (Sociedad de Escritores de Chile) entidada a la cual me enorgullece pertenecer por los intelectuales valiosos que conocì allì, a partir de los 19 años, fecha que pisè Simpson 7, por primera; escritores (mujeres y hombres )fascinantes a los cuales contemplaba , escuchaba transportada y no me atrevìa a pronunciar palabra, embriagada por su sapiencia, por su lirica, no me atrevìa hablar para no romper la magia. Recuerdo que fui de la mano de un amigo escritor y periodista y me recibiò con enorme galanterìa y dulzura , el poeta Mario Ferrero, gran vate fallecido hace algunos años, quien presidìa la SECH. Mario, conservò su ingenio y gracia hasta el final de sus dìas. Lo recuerdo con enorme afecto , sobretodo esas tardes que nos tomabamos un tecito, en la cocina de la SECH, atendidos por la Sra. Mina y Fernando, cuidadores de la casa y de muchos secretos. Allì recordabamos viejos amores, anècdotas, nos reìamos a carcajadas recordando las historias de "Juan Firula" (Armando Mèndez Carrasco). La ùltima imagenque tengo de Martio Ferrero,(aparte de su poesìa y sonetos) fue la de un dìa que nos cruzamos en Plaza Italia, con Vicuña Mackenna, yo venia "rengueando y sujeta a mi bastòn", habìa tenido un gran accidente al caer de un micro , luego de 6 meses, solo podìa caminar afirmada.Mario me viò y con asombro se parò y exclamò alarmado: ¿ què te pasò chiquilla? Cuando le expliquè, me respondiò muy serio : ¡què pena! "en todo caso te queda bien, te ves muy elegante y distinguida"........Bueno, pero estaba relatando la invitaciòn al Homenaje de JORGE TEILLIER. Gran poeta a quien tuve el honor de conocer, junto con su hermano. Jamàs lo vi sin unas copitas de màs, jamàs, pero nunca vi a un hombre tan lùcido y sabio en sus apreciaciones sobre la vida..y la muerte. Recordaba detalles increìbles de eventos, situaciones humanas y literarias, era sorprendente. Uno se imaginaba , que èl estaba en otra, pero no, tambièn estaba allì y al tanto de todo. Cada vez que lo veìa, pensaba en Edgar Allan Poe. Cuando le comentè èsto a un amigo poeta,me dijo : es que ambos son grandiosos y "son angeles caìdos", ese àngel que era y tenìa Jorge Teillier, lo hacìa ser siempre seguido por jòvenes àvidos de su palabra Poco a poco se iba transformando en el maestro, el "gurù" . Un dìa sus alas se extendieron y se fue a las alturas siderales sin retorno, pero dejàndo una estela luminosa con su lìrica, impresas en libros, papeles ,servilletas sueltas escritas en diversos lugares. Me pregunto ¿què sèquito de musas , àngeles y querubines los seguiràn con sus cìtaras y cànticos, escuchando su bella palabra poètica.? Dejo aquì este poema de Jorge "Despedida". De quien creo que nunca fue un àngel caìdo , sino un hombre de extremada sensibilidad, al que la vida y sus laberintos lo sobrepasò y sòlo libàndo el nèctar de Baco y la poesìa pudo sobrevivir.

DESPEDIDA

...el caso no ofrece
ningùn adorno para la diadema de las Musas
Ezra Pound

Me despido de mi mano
que pudo mostrar el paso del rayo
o la quietud de las piedras
bajo las nieves de antaño

Para que vuelvan a ser bosques y arenas
me despido del panel blanco y de la tinta azul
de donde surgìan los rìos perezosos,
cerdos en la calles, molinos vacios

Me despido de los amigos
en quienes màs he confiado:
los conejos, las polillas,
las nubes harapientas del verano,
mi sombra que solìa hablarme en voz bajo

Me despido de las Virtudes, y de las Gracias del
planeta:
los fracasados, las cajas de mùsica,
los murcièlagos que al atardecer se deshojan
de los bosques de casas de madera

Me despido de los amigos silenciosos
a los que le importa saber
donde se puede beber algo de vino,
y para los cuales todos los dìas
no son sino un pretexto
para entonar canciones pasadas de moda.

Me despido de una muchacha
que sin preguntarme si la amaba o no la amaba
caminò conmigo y se acostò conmigo
cualquier tarde de esas que se llenan
de humaredas de hojas quemàndose en las
acequias.
Me despido de una muchacha
cuyo rostro suelo ver en sueños
iluminàdo por la triste mirada
de trenes que parten bajo la lluvia.

Me despido de la memoria
y me despido de la nostalgia
_la sal y el agua
de mis dìas sin objeto_


y me despido de estos poemas:
palabras,palabras _un poco de aire
movido porlos labios_ palabras
para ocultar quizà lo ùnico verdadero
que respiramos y dejamos de respirar.

Jorge Teillier
"El àrbol de la memoria, 1961".